Caminaba en un día soleado en Japón, con un sombrero cubriéndole la cara y con unas ropas no muy comunes del chico Starkey, Richard se dirigía a visitar algunos lugares turísticos del antiguo Japón, mirando a todos lados veía un montón de gente y mas con chicas que gritaban por ver alguna cosa que sea de los Beatles, llego hasta un antiguo templo donde veía un montón de viejecillos pelones con batas.
--Vaya si viera esto Paul, dejaría de decirme raro a mi y les diría raros a estos ancianitos—dijo para sí, mientras entraba a aquel templo y miraba a todos lados, miro a uno de los monjes y este no le devolvió la mirada—que gracioso… soy invisible—masculló—ahora… que ago si soy invisible?... creo que cantaré algo.
--Ohahio—le respondió un monje al joven, mientras este silbaba una tonadita molesta— ¿le puedo servir de algo?—le pregunto amable el monje—
--Para nada estas bien ruquito—le contentó Richard intentando hacerse el gracioso como muchas veces Lennon lo lograba, el monje lo miro fulminante y este se limito a sonreír, le mostró el camino de vuelta y este se negó a seguirlo—en realidad sí, dígame usted había visto una de estas—le mostró un extraño objeto, con forma de un huevo grande, con orificios a los lados—
--Es una Ocarina—le contesto el monje tomando en las manos el raro instrumento—es antigua… ¿es suya?—le pregunto formando una sonrisa con sus delgados labios, Richard ladeo su cabeza con un semblante de tristeza y decepción. El monje le miro por unos segundos y comenzó a tocar una melodía—ves así se usa.
Había Regresado al cuarto del hotel después de que la fuerza militar lo atrapase paseándose en algún lugar de Japón, miro a Brian que lo evitaba y a los otros tres Beatles, con inseguridad.
Entró al cuarto y miro la ocarina por unos segundos, antes de que Lennon la tomase en sus manos y le reclamase
--La tomaste de mi equipaje—Le reclamo John mirando la Ocarina recordando tantas cosas con ella— ¿por que la tomaste sin permiso?, acaso no sabes que es el permiso… creo que no—dijo John señalando al ahora avergonzado y molesto baterista—
--Bien si la tome sin tu permiso por que eso no es tuyo—le replico. Miro a John molesto y George y Paul no sabían que decir, nunca la habían visto antes—vamos John diles de donde lo sacaste… dime de donde la tomaste… te la dio acaso?—pregunto Ringo totalmente desesperado, era la única cosa perteneciente a su hermana y ahora John la tenia—Eso debe estar conmigo no contigo Lennon--¿Lennon? Jamás le había dicho así estaba demasiado molesto, sus ojos contenían una rabia inevitable.
--No. Ella no me lo dio… la encontré en mi casa… a menudo tocaba para mi—explico y La ira de Ringo se calmo, se sentó unos momentos mientras John se sumía en sus recuerdos—normalmente cuando iba a verla o cuando ella iba a mi casa durante nuestras vacaciones tocaba en esta cosita una agradable canción—tomo el instrumento y comenzó a tocar una tonada.
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[Meses Atrás]
--buenos días John—dijo Annie mostrando un semblante calido, aquellos ojos cafés brillaban mas que nunca, lo abrazó y le dio un beso en la mejilla—espero que esta mañana estés de humor para un poco de música…
--siempre estoy de humor para la música—respondió John mirando la ocarina. Esperando una respuesta de aquella chica que la llevaba mientras esta se sentaba en el sillón—que es eso?—dijo señalando al extraño instrumento que llevaba en las manos
--Mi ocarina… siempre la llevo conmigo, hoy quería enseñarte a tocarla—respondió ella elocuentemente como siempre mirando la sala de la casa y preparándose para tocar—espero que te guste…
[Presente]
Había terminado la canción que le había enseñado a tocar en la ocarina, los chicos miraron atónitos a lo que habían escuchado y a la vez en duda de quien lo había aprendido, Richard conocía bien ese sonido, lo podía reconocer, era el sonido de Annie había pasado algunos meses escuchando por las noches ese maldito sonido que no lo dejaba dormir cuando ella no podía, esperando a que simplemente desapareciera pero no podía.
Miraba el pequeño instrumento como si mirara al pasado, sus ojos se llenaron de lágrimas y sus ojos azules se entrecerraron para simplemente comenzar a sollozar. Los otros tres Beatles miraban al baterista como se rompía hasta quedar siendo polvo, por el simple hecho de recordar tantas cosas. George puso su mano encima de su hombro, dándole un apoyo de hermandad que necesitaba en ese momento.
awww que triste! annie me vas a hacer llorar jajaa
ResponderEliminarconocia el sonido de las ocarinas pero nunca vi una...son extrañas, pero el sonido parece del cielo!
pobre Ringo T.T
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