Capitulo 30 [CDR] ¿Regreso a Liverpool? Parte 2 [el ritmo de los Starkey]

Estaban sobrevolando Alemania. Estaba dormido.

Paul estaba sentado alado suyo hablando con George sobre algunos arreglos y el que ya no quería volver a hacer giras, querían quedarse en el estudio grabar mejores cosas pero… Eppy no quería. Ringo escucho los quejidos de Lennon que mientras soñaba estaba quejándose de el mismo por no poder traer de vuelta a Annie. Lo miraban, preocupados, esto había llegado a su limite, no era simple… hicieron una escala en Alemania por un día antes de llega a la siguiente cuidad. Entraron al hotel y Lennon disparado pidió que lo llevaran a Hamburgo, los otros tres chicos se sorprendieron, quería regresar a Hamburgo, estaban extrañados, Paul sobre todo estaba extrañado, aquel lugar tenía sus recuerdos, pero ¿Regresar? ¿Para que?... habían sido épocas horribles de sus comienzos. Llegaron a Hamburgo, miraron a todos lados y todo seguía igual…, las chicas fáciles, los bares de mala muerte, las pandillas que querían golpearlos, entraron al primer bar donde solían trabajar.

--Disculpe—decía el joven Beatle mientras cuidaba que sus compañeros no lo mirasen—aquí de casualidad trabaja una chica llamada ¿Annie?...

El señor lo miro por unos segundos y ladeo su cabeza, y este siguió al siguiente bar, habían trabajado en tres bares así que se fue al siguiente dejando a sus compañeros en aquel ambiente horrible de bebida.

Llegó al siguiente bar donde miro a las chicas y aun nada. Llego al tercer bar y estaba esperando a las chicas esperando a cuando se aparecía ella, pero… aun nada cuando la miro… Estaba tomando unos pedidos, y hablando con unos de los clientes Mathew el mismo de siempre, estaba llegando hasta donde ella… cuando se fue hasta atrás del escenario.

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Habían notado que no estaba.

Paul estaba preocupado, algo le decía que andaba mal, no había venido solo por recuerdos, había venido por algo mas quizá a ver la tumba de Stu pero no decía nada, o había algo mas… pero aun no sabia que era, simplemente parecía extraño, salieron del bar y lo vieron entrar a otro… lo siguieron y entraron.

--Que le pasará a John—susurró George mirando el como veía a las camareras, estaba poniéndose raro este asunto… John nunca había estado tan desesperado como en ese momento— ¿acaso no esta aquí por Stu?—preguntó de nuevo

--No tengo idea George—respondió Paul, al chico… cuando notó la mirada de Ringo que se llenaba de lagrimas— ¿que tienes Richard?... ¿Por qué estas llorando?—pregunto el chico perdido en la mirada de Richard como si se le hubiese aparecido un fantasma—

--Yo se por que John vino hasta aquí—respondió el chico y prosiguió—había escuchado que hablaba por teléfono con alguien sobre una persona el donde estaba… pero no pensé que de verdad la estuviese buscando, ahí esta—la señalo entrado detrás del escenario donde hacia parte de su turno tocando—

Annie estaba entrando detrás de aquel escenario feo, gastado donde solían tocar los chicos, que odiaban tanto con John siguiéndola, esperando que no lo viera, a los pocos minutos estaban junto a el.

--John… ¿sabias donde estaba y no lo dijiste?—pregunto Paul tomándolo del brazo para que no avanzara mas, mirándolo con furia ya a la vez aliviane—

--No, ayer me dijeron, por eso pedí venir… no quería nada mas—respondió intentando zafarse del brazo que tenia tomado Paul, pero no podía sentía que la oportunidad de iba y que no regresaría—Paul suéltame debo de ir con ella—le dijo a su amigo pero este no quería que vaya.

La vieron sobre el escenario, pero ella no podía verlos las luces le cegaban tanto que solamente podía ver sus pies y su guitarra en las manos, se sentó en un banquillo a cantar algunas canciones entre ellas una que le gustaba mucho un poco alegre pero a los chicos le gustaba, estaban en shock era algo que no hacía pero había aprendido por su trabajo, no le quedaba de otra.

--Vaya… tiene el ritmo de los Starkey—dijo George Estupefacto de la situación, miraba el como cantaba y tocaba la guitarra le erizaba la piel al mismo tiempo que le gustaba la música aun no entendía mucho de esa parte de el—

Los otros tres chicos estaban tan asombrados como George, pero…, había demasiado inusual.

Capitulo 29 [CDR] ¿Regreso a Liverpool? Parte 1

Estaba sentada mirando a la nada mientras esperaba que su turno en el bar de Hamburgo terminara. Algunas meseras habían estado diciéndole que se vaya de aquel lugar, pero no tenia a donde ir no quería regresar a Liverpool, había estado platicando desde hacia algunos días atrás con un cliente de nombre Mathew Grant, que estaba estudiando…, medicina o algo por el estilo, llevaba ahí ya unos meses, y se conocían bien, cada que Mathew iba al bar, pedía un poco de licor y platicaba con Annie mientras ella trabajaba.

--Bien… tienes novio?—pregunto Mathew mirando a Annie, con un poco de olor a licor, y encontrando en sus ojos una luz brillante como la de una estrella fugaz—te invito a mi casa… ¿quieres venir conmigo?—preguntó, parecía un poco desesperado—

--No, aun tengo trabajo que hacer… y no, no tengo novio, pero… hay alguien—se detuvo. No podía decir que se había enamorado de John, aquello sonaba tan disparatado  como decir que era de día siendo de noche—gracias por preguntar…

Había terminado su turno y se dirigía a su casa…, cuando llegó se sentó en su recamara oscura.

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Estaba sentado en el borde del piano lamentándose, había compuesto una canción solamente para piano, que no tenia letra… aquella que contenía su dolor.

Había despertado a mitad de la noche, pensando en tantas cosas después de un sueño sumamente estresante y pesado, estaba preocupado, ella estaba en Hamburgo y el lo sabia bien… pero ¿en que lugar estaba?, aun no lo sabia, habían pasado unos días después del concierto y el investigador no sabia nada de nada, bebió un poco de agua para no entrar en un pánico silencioso, miro a su alrededor, y no vio nada…, unas cuantas fotos callaban el dolor que sentía por no verla, cuando el teléfono del cuarto sonó.

--Buenas noches…Sr. Lennon—dijo aquella voz rara con un tono de malhumor ación, aquella en la que John confiaba para que le diera algún dato y pudiera ir a buscarla—Encontramos un dato que pudiera ser… de su importancia…

--¿Cual es?—dijo el chico algo desesperado intentando no gritar para que los demás no se despertasen, mirando a todas partes, buscando alguna cosa donde apuntar—dime no te quedes callado—dijo con furia el chico—

--bien… encontramos donde trabaja, al parecer uno de los bares donde ustedes empezaron—dijo la voz y John sintió que el corazón se detuvo…y que volvió a latir aun mas fuerte—

Colgó.

Estaba en shock tenia que volver a Hamburgo lo antes posible, buscarla y traerla de vuelta…

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Estaba paralizada en su cama.

Aquel sueño donde venían por ella, le paralizaba aun mas, llamó a casa de los Starkey para hablar con su hermano… era demasiado de noche, el teléfono sonó por unos segundos y alguien contestó, no era la voz de Richie, era Marie.

--¿buenas noches?—preguntaron al otro lado de la línea—hola?... ¿Alguien?—simplemente se escuchaba un vacío total mientras Marie veía en el identificar de llamadas de donde provenía está--¿Annie?....¡¿Annie?!

Colgaron.

Estaba demasiado asustada para hablar, ya no podría dar vuelta a la hoja, ya no… volver era lo menos que aria, miro unos segundos su habitación y encontró algunas cosas… suspiro, y se dedico a seguir durmiendo.

Era la mañana del día siguiente, estaba sentada en el pie de la ventana mirando su desgastado colchón sobre el cual solía dormir, pensando muchas cosas, intentando sacar de su cabeza la idea de volver, cuando tocaron su puerta, se levantó a mirar quien era, aun lo no creía como rayos la había encontrado como era posible que el fuese el único que la hubiese encontrado, el shock era tan grande que había apartado cualquier idea de su cabeza, se había olvidado de todo excepto una sola cosa, la idea de volver…, que aun no terminaba de agradarle menos con el.

--que…que haces aquí Víctor?—pregunto Annie en shock cuando lo vio en la puerta de su cuarto con flores en la mano, con una sonrisa, estaba temblando estaba sucediendo—como me encontraste…

--Pues, vengo por ti… y pues… te encontré por que te seguí hasta aquí—respondió, Annie dejo salir un quejido lastimoso, indicando que ella no quería volver—Annie por favor regresa conmigo—dijo y Annie se negó, estaba totalmente seguro de que tal vez si la convencía ella regresaría.

Pasaron dos horas, pero ella aun se negaba no quería volver estaba herida y era su culpa, miraba a la chica y esta furiosa le pidió que se fuera de su casa pero el le hizo una oferta que era horrible, y a la vez… muy buena.

Capitulo 28[CDR] La Ocarina de Tapión suena… [Volviendo a Japón]

Caminaba en un día soleado en Japón, con un sombrero cubriéndole la cara y con unas ropas no muy comunes del chico Starkey, Richard se dirigía a visitar algunos lugares turísticos del antiguo Japón, mirando a todos lados veía un montón de gente y mas con chicas que gritaban por ver alguna cosa que sea de los Beatles, llego hasta un antiguo templo donde veía un montón de viejecillos pelones con batas.

--Vaya si viera esto Paul, dejaría de decirme raro a mi y les diría raros a estos ancianitos—dijo para sí, mientras entraba a aquel templo y miraba a todos lados, miro a uno de los monjes y este no le devolvió la mirada—que gracioso… soy invisible—masculló—ahora… que ago si soy invisible?... creo que cantaré algo.

--Ohahio—le respondió un monje al joven, mientras este silbaba una tonadita molesta— ¿le puedo servir de algo?—le pregunto amable el monje—

--Para nada estas bien ruquito—le contentó Richard intentando hacerse el gracioso como muchas veces Lennon lo lograba, el monje lo miro fulminante y este se limito a sonreír, le mostró el camino de vuelta y este se negó a seguirlo—en realidad sí, dígame usted había visto una de estas—le mostró un extraño objeto, con forma de un huevo grande, con orificios a los lados—

--Es una Ocarina—le contesto el monje tomando en las manos el raro instrumento—es antigua… ¿es suya?—le pregunto formando una sonrisa con sus delgados labios, Richard ladeo su cabeza con un semblante de tristeza y decepción. El monje le miro por unos segundos y comenzó a tocar una melodía—ves así se usa.

Había Regresado al cuarto del hotel después de que la fuerza militar lo atrapase paseándose en algún lugar de Japón, miro a Brian que lo evitaba y a los otros tres Beatles, con inseguridad.

Entró al cuarto y miro la ocarina por unos segundos, antes de que Lennon la tomase en sus manos y le reclamase

--La tomaste de mi equipaje—Le reclamo John mirando la Ocarina recordando tantas cosas con ella— ¿por que la tomaste sin permiso?, acaso no sabes que es el permiso… creo que no—dijo John señalando al ahora avergonzado y molesto baterista—

--Bien si la tome sin tu permiso por que eso no es tuyo—le replico. Miro a John molesto y George y Paul no sabían que decir, nunca la habían visto antes—vamos John diles de donde lo sacaste… dime de donde la tomaste… te la dio acaso?—pregunto Ringo totalmente desesperado, era la única cosa perteneciente a su hermana y ahora John la tenia—Eso debe estar conmigo no contigo Lennon--¿Lennon? Jamás le había dicho así estaba demasiado molesto, sus ojos contenían una rabia inevitable.

--No. Ella no me lo dio… la encontré en mi casa… a menudo tocaba para mi—explico y La ira de Ringo se calmo, se sentó unos momentos mientras John se sumía en sus recuerdos—normalmente cuando iba a verla o cuando ella iba a mi casa durante nuestras  vacaciones tocaba en esta cosita una agradable canción—tomo el instrumento y comenzó a tocar una tonada.

http://www.youtube.com/watch?v=pZyeP28UAIE&feature=related

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[Meses Atrás]

--buenos días John—dijo Annie mostrando un semblante calido, aquellos ojos cafés brillaban mas que nunca, lo abrazó y le dio un beso en la mejilla—espero que esta mañana estés de humor para un poco de música…

--siempre estoy de humor para la música—respondió John mirando la ocarina. Esperando una respuesta de aquella chica que la llevaba mientras esta se sentaba en el sillón—que es eso?—dijo señalando al extraño instrumento que llevaba en las manos

--Mi ocarina… siempre la llevo conmigo, hoy quería enseñarte a tocarla—respondió ella elocuentemente como siempre mirando la sala de la casa y preparándose para tocar—espero que te guste…

[Presente]

Había terminado la canción que le había enseñado a tocar en la ocarina, los chicos miraron atónitos a lo que habían escuchado y a la vez en duda de quien lo había aprendido, Richard conocía bien ese sonido, lo podía reconocer, era el sonido de Annie había pasado algunos meses escuchando por las noches ese maldito sonido que no lo dejaba dormir cuando ella no podía, esperando a que simplemente desapareciera pero no podía.

Miraba el pequeño instrumento como si mirara al pasado, sus ojos se llenaron de lágrimas y sus ojos azules se entrecerraron para simplemente comenzar a sollozar. Los otros tres Beatles miraban al baterista como se rompía hasta quedar siendo polvo, por el simple hecho de recordar tantas cosas. George puso su mano encima de su hombro, dándole un apoyo de hermandad que necesitaba en ese momento.

Capitulo 27.- [CDR]

 Fuerza militar y fuerza de voluntad parte 2 [en algún lugar]

Martes 23 1966

Hamburgo.

Había escapado a Hamburgo, mientras los chicos estaban totalmente desesperados después de su partida Annie estaba mirando através de la ventanilla de el avión preguntándose por que debía irse si no había echo nada fuera de lo común, el por que de demasiadas cosas que hizo, ya estaba echo ya no había vuelta atrás.

--Adiós Liverpool… lo único que siempre me hizo feliz—mascullo en el avión mientras veía su vida irse.

Eso había pasado algunos meses atrás antes del la gira de ellos por Japón antes de muchas cosas que habían pasado sin embargo… ya estaba ahí trabajando en un bar de mala muerte, donde todo era totalmente diferente a los bares de Londres o de Estados Unidos, estos eran demasiado rudos trabajar de camarera era una opción demasiado ridícula pero no había otro trabajo para una chica con tanta inexperiencia como ella.

Algunos tipos se pasaban de listos y la manoseaban mientras ella hacia un turno la cual era de 19hrs. Al día. Sumando un total de 133 hrs. de trabajo.

Apenas dormía y comía, entre algunas actividades que solía hacer.

Estaba caminando por uno de los pasillos para llegar a su habitación a dormir un poco, cuando el recuerdo la aturdió, el recuerdo del por que se había ido de su casa en Estados Unidos, y después el único recuerdo del por que se había ido de Liverpool, Miraba a los alrededores buscando una explicación que ni ella misma se daba su mirada emitía un poco sentido de conciencia cuando pasó por uno de los cuartos, y llegó al suyo.

Sostuvo la perilla de la puerta buscando una respuesta a una pregunta que no tenia…entró y se recostó y por unos segundos entre sus recuerdos se levantó.

Había algo que quería recordar que no podía, no se dejaba ver, una respuesta a la pregunta del por que ahora era infeliz en donde estaba.

--John…Lennon—susurro en la pequeña habitación entre la oscuridad de esta misma mirando a todo y a la nada al mismo tiempo—

Se apoyo y dejo caer sentada con la espalda en la pared, sus piernas rodeadas por sus brazos llorando, odiaba llorar pero más odiaba que no estuviera alguien para consolarla, ahora era una niña llorando sin consuelo, pensando en tantas cosas y a la vez en una… “John”.

Aquella vez del como la saco de la mas grande de las depresiones que había tenido antes de esa, era la razón del por que lo amaba tanto…, mientras ese recuerdo le sacudía la cabeza.

--¿Exactamente…por que lloras Annie?—la voz de John la había encontrado en su cuarto llorando en un momento de crisis de ella misma, acurrucada en el rincón de la habitación suplicando por que alguien la rescatara de ese maldito estado—mira… salgamos un rato así te sentirás bien…

La calida sonrisa de John y sus ojos con una mirada amorosa y calida la habían calmado, junto con la idea de salir…

--Annie debes de dejar de pensar en esos recuerdos—masculló para sí en esa habitación sucia del motel de Hamburgo—John seguramente no piensa en ti… ni te recuerda solamente fuiste una más en una larga lista de “Diversiones” que tiene…jahh—suspiro profundo y lastimosamente para sí.

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Miro por el marco de la ventana esperando una respuesta que jamás llegaría, por alguien que ya no volvería.

John estaba pensando en tantas cosas, a la vez en la nada…mirando la ventana el como llovía, imaginándose el como seria que vuelva, pero que era absolutamente remoto que pasará se acurruco mas aun mientras se hundía mas y mas en sus pensamientos lastimosos y comenzaba a llorar, como un chiquillo desconsolado, esperando a un ángel o algo parecido. Subió por las escaleras para llevarle un poco de Té a su hermano mayor y lo encontró llorando… se sentó y con una abrazo calido lo tranquilizó.

--Regresará… no estés triste—se dirigió a el mirando la taza de te que tenia enfrente de ella—siempre dijiste que cuando te preocupas demasiado las cosas se tornan horribles…, al menos eso me dijiste con lo de mamá—John miró a su hermana menor, había estado algunos años diciendo tantas cosas que ahora esas palabras lo reconfortaban mas que nada en todo lo que ella pensaba y el creía—

La abrazó. Pensaba ahora en una sola cosa… encontrarla pasase lo que pasase.

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Estaba frente el espejo mirándose, preguntándole tantas cosas ahora sobré si misma que no podía explicarse cerró el puño, y rompió el espejo cortándose la mano… indicando un poco de locura y a la vez tristura en su actitud… desesperada por volver y a la vez intentando quedarse en un mundo el cual no era suyo.

Gritando a si misma que debía volver y decirle a John cuanto lo amaba.

Se hizo un nudo en la garganta en seco…miraba a todas partes buscando algo perdido, algo que se había quedado en Liverpool, como pudo ser tan tonta de haberlo dejado ahí.

--Sabia que empacarlo era una tontería… pero… ¿dejarlo?—se dijo a si misma mirando su rostro en el espejo que ahora estaba en el piso con un rostro rígido fulminado por los pensamientos que tenia de que John había jugado simplemente con ella.

Se miro por unos segundos odiándose era un echo no podía Odiar a John… por que simplemente no podía, no se dejaba lo amaba y lo único que hizo el contra ella fue demostrarle el mismo amor que sentía ella por el.

Callada sin ninguna respuesta sin ninguna pregunta en la habitación simplemente con la mente en blanco total en un vacío que ni ella entendía, temiendo el rechazo y a la vez la aceptación de los demás tanto ahí en Hamburgo como en Liverpool, mirándose en el espejo roto de aquella habitación.